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  • En esa reuni n se acord hacer un llamamiento para

    2019-05-27

    En esa reunión se acordó hacer un llamamiento para sugerir acciones de cara alkaline phosphatase inhibitor anular aquella celebración. Al día siguiente, se realizó una asamblea en el Casal Catalán a la que ya acudieron un centenar de personas, convocadas de forma improvisada y movilizadas por el boca a boca. Federico Álvarez destaca el hecho de que en este movimiento espontáneo se unieran jóvenes de todas las tendencias políticas y, confiesa, que una de las primeras ideas consistía en tratar de secuestrar a Oñós de Plandolit: No obstante, el secuestro nunca llegó a realizarse aunque estuvieron bastante cerca. Antonio Martín-Lunas afirma que: Sin embargo, sí que se llevaron a cabo acciones más moderadas. En la mañana del 16 de julio, la fachada del edificio de la representación oficiosa de España apareció pintada con insultos contra Franco y pidiendo la expulsión de Oñós de Plandolit. Españoles y mexicanos repartieron volantes de protesta por las calles. Finalmente, la embajada republicana —única representación española reconocida oficialmente por las autoridades mexicanas— tomó cartas en el asunto y protestó oficialmente ante la Secretaría de Gobernación. El futuro presidente de México, Luis Echeverría Álvarez, por entonces subsecretario de Gobernación, se entrevistaría con Oñós de Plandolit para sugerirle suspender el acto ante la posibilidad de que se generaran incidentes graves. Recomendación que Oñós de Plandolit tuvo a bien aceptar, de forma que el 16 de julio se anunció en la prensa la suspensión de la celebración prevista. Un hecho anecdótico como el de esta truncada celebración del 18 de julio tuvo, no obstante, un resultado reseñable: que jóvenes de todas las ideologías del exilio, que no habían participado en la guerra, se unieran por primera vez con el deseo de llevar a cabo una acción significativa. Ante la ilusión y la unidad generada por esta movilización puntual, sus principales responsables trataron de capitalizar el impulso para institucionalizar este movimiento de forma estable. En una nueva asamblea, celebrada en el Ateneo Español de México, se decidió de forma unánime: “continuar unidos, extender aquel germen de acción política, establecer relaciones directas con España, crear un organismo, unir a los del exterior y los del interior”. El 28 de agosto de 1959 nació oficialmente el Movimiento Español 1959, se definía, en todo momento, como un movimiento apartidista. En su “Declaración de Principios”, publicada en diciembre de ese año, con las firmas de más de 170 jóvenes republicanos, afirmaban que el movimiento se había organizado para responder a Conjugation una exigencia definitiva de las nuevas generaciones del interior de España: “la de crear una resistencia contra la tiranía con un espíritu y formas de lucha más positivas y operantes que los aplicados hasta ahora”. Reclamaban la necesidad de olvidar las disputas que habían protagonizado la política del exilio republicano, a las que definían como “rencillas que nosotros no comprendemos y que ya es tiempo de superar” y demandaban un cambio de orientación que buscara la unidad de todas las fuerzas antifranquistas del interior y el exterior. Tras varias asambleas realizadas en el Ateneo Español, acabaron por dotarse para su funcionamiento de una mesa directiva compuesta por: Jomi García Ascot como secretario general; Mariluz Conde como encargada de Finanzas; Fernando Medrano encargado de Organización y Control; Federico Álvarez de Propaganda; Xavier de Oteyza de Relaciones Públicas; Manolo Meda de Relaciones Exteriores; Julián Zugazagoitia de Relaciones con España y Justo Sotomonte de Actividades. No obstante, los miembros de la directiva fueron cambiando en la medida que el organismo se iba asentando. De forma que, de la directiva original, al cabo del primer año sólo quedaban tres de sus miembros: Xavier de Oteyza, Justo Sotomonte y Federico Álvarez. En el libro de actas, que se inicia el 12 de marzo de 1960 y termina el 21 de junio de 1961, aparecen determinados los estatutos que reglaban el funcionamiento de esta directiva que se reunía una o dos veces por semana. Las bases de este movimiento fueron: “unidad, nuevas generaciones, relación directa con ‘los de España’, sujeción a las necesidades de los de España, abandono de una política de exilio”. Para marzo de 1960, el movimiento ya mantenía continua correspondencia con varias organizaciones del interior de España como: Agrupación Socialista Universitaria, Unión Democrática de Estudiantes, Movimiento Socialista Catalán, Frente de Liberación Popular, Juventudes Socialistas Unificadas, así como con el gobierno republicano en el exilio.