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  • Para refrendar su cr tica al

    2019-05-22

    Para refrendar su crítica al “uso descontextualizado y descontextualizante” de la noción de los ecl, Mato impulsó el cambio de nombre del Grupo de Trabajo NIBR189 “Cultura y Poder”, después de su tercera reunión en Caracas en noviembre de 2001, reunión de la cual se derivó una tercera y amplia antología de 32 ensayos, publicada en 2002 y titulada Estudios y otras prácticas intelectuales latinoamericanas en cultura y poder. Con la colaboración de algunos militantes y activistas, este trabajo integra un mosaico rico en temas y, por lo mismo, difícil de asir. Se pueden encontrar análisis sobre memoria y lucha política, diversidad étnica, feminismo, formulación de políticas culturales, culturas afroamericanas, identidades reformuladas por el trastocamiento de las fronteras, entre otros. Para Mato, los ecl ocultarían la reproducción de relaciones de poder en el nivel mundial, al establecerse como un espacio donde, según sus palabras, “las voces que tienen mayor poder para establecer qué es y qué no es este campo, el sistema de inclusiones y exclusiones (de temas, enfoques, autores, etc.) son las que se expresan mediante publicaciones en inglés”. Por ello, vale la pena insistir, buscó reunir textos en castellano y portugués con participación mayoritaria de autores de universidades latinoamericanas. Hay que reconocer que, a pesar de los buenos propósitos del compilador, la presencia de autores que escriben no sólo sobre, sino desde movimientos como el indígena, chicano, feminista, teatral y de derechos humanos -esas “otras prácticas intelectuales”- continuó siendo moderada. Al parecer, la justificación de Mato para este hecho estaría en las dificultades que la militancia siempre ha tenido para poder teorizar sobre su práctica y en la disociación del intelectual con la sociedad, como resultado de la modernización neoliberal e institucionalización de las universidades en América Latina. En tal contexto, Mato insistiría en una intervención ético-política del intelectual y académico en un contexto que veía el surgimiento de nuevos movimientos sociales con sus respectivas apuestas de transformación cultural y política.
    La vertiente de Pittsburgh: arte y literatura En el año 2000, Mabel Moraña coordinó la antología Nuevas perspectivas desde/sobre América Latina: el desafío de los estudios culturales. El volumen se compone de las discusiones vertidas en el Simposio Internacional de la Universidad de Pittsburgh ocurrido en 1998, en el que, según Moraña, se reunieron A decir de la autora, en este volumen se plasmaron “los aportes más representativos de los Estudios Culturales producidos en la actualidad desde/sobre América Latina”. Como línea distintiva en relación con las antologías anteriores, 29 de los 36 ensayos incluidos provienen de autores formados en el área de lenguas y literatura. Es necesario observar que 25 artículos pertenecen a cell plate autores latinoamericanos adscritos a universidades estadounidenses, cinco a autores adscritos a instituciones europeas y sólo nueve son de autoría de intelectuales pertenecientes a universidades latinoamericanas. Entre estos últimos aparecen los referentes Jesús Martín Barbero, Néstor García Canclini, Renato Ortiz, Nelly Richard y Beatriz Sarlo. En su introducción, Mabel Moraña muestra la preocupación, cercana a la de Mato, de traer a la mesa el lugar de lo político y lo ideológico en las discusiones de los Cultural Studies que, considera, se habían constituido como bloque de poder teórico, interpretativo y representational. En ese contexto, y en consonancia con la antología dirigida por Castro-Gómez y Mendieta, le parecía necesario discutir el lugar de América Latina y reformular el latinoamericanismo internacional en busca de una independencia epistemológica. Situándose en el marco de los debates sobre la modernidad, Moraña reconoce los peligros que entraña la visión de los Cultural Studies al tratar a América Latina como otredad excluyente, pero también señala el uso culturalista de los discursos antihegemónicos que, mediante análisis a un nivel micro, pretenden detentar el uso legítimo de la epistemología del subalterno. Por ello, si bien hay una intención reivindicativa de las propuestas teórico-epistemológicas latinoamericanas respecto a los discursos centrales, también hay un reconocimiento de los Estudios Culturales como campo y de su contribución “a liberarnos de pesados esquemas que son insuficientes para explicar hoy día el complejo trasiego de problemas y niveles del análisis cultural”.