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  • Para el a o Il ya

    2019-05-31

    Para el año 2010, Ilê ya tenía consolidada una escuela popular en pleno barrio Liberdade, había influenciado en la emergencia de muchos otros afrobahianos, era considerado parte fundamental del patrimonio cultural de Salvador, y comienzaba Phos-tag Acrylamide permitir la participación de mestizos y blancos en su desfile de carnaval. Pero su radicalidad de origen, vuelve a recordarnos cómo los procesos de autoafirmación negra, en contextos de exacerbada discriminación étnica y exclusión social, suelen surgir por la necesidad de invertir el sentido del racismo, aun afirmándo-lo, como lo mostrara la primera gran lucha emancipatoria de la región, la Revolución haitiana, que en su carta constitucional independentista —la Constitución Imperial de 1805— reconoce a todo haitiano como “negro”, prohibiendo a todo “blanco” poner un pie en el territorio con título de amo o de propiedad de la tierra.
    En 1915 José Ingenieros funda en Buenos Aires la , que fue publicada hasta 1929, incluso trascendió la muerte de su fundador. Con esta propuesta, tanto Ingenieros como los intelectuales y científicos que participaron en el proyecto ponen de manifesto una fuerte voluntad por volver a revisar algunos de los supuestos más básicos del discurso construido por ellos mismos hasta ese momento. Tal como lo describe Oscar Terán para el caso del mismo Ingenieros, allí se observa el tránsito de un cientificismo radical a una reflexión sobre las problemáticas éticas y políticas, que el anclaje en las ciencias físico-naturales hacía difícil formular. Si bien los saberes científicos son todavía el objeto de muchos de los artículos recogidos en la publicación, éstos no constituyen en absoluto los te mas prioritarios de la misma. Se despliega allí, en cambio, un abanico de cuestiones que reclaman el ejercicio de “nuevos saberes”, que se aglutinan en lo que empieza a definirse como el campo de las humanidades y, en particular, de la filosofía. El objetivo de la , sostiene Hugo Biagini siguiendo las afirmaciones del propio Ingenieros, es “despertar el gusto por las actividades mentales”, “estudiar problemas de cultura superior e ideas generales que exceden los límites de cada especialidad científca”, “imprimir unidad de expresión al naciente pensamiento argentino” y “contribuir a Chlorophyta la renovación de los géneros clásicos de la filosofía (psicología, ética, lógica, estética, metafísica), cuyo reconocimiento es la premisa natural de toda elaboración flosófca”. En las páginas de la encontramos algunos de los primeros ensayos argentinos que tratan de sistematizar una determinada concepción del saber filosófico, de darle un lugar y una dirección en la Universidad y de reconocer para éste un papel específico en la conformación de la cultura nacional. Los trabajos que publican allí tanto el mismo Ingenieros, cuanto colegas como Rodolfo Rivarola, Alfredo Colmo, Carlos O. Bunge, Leopoldo Maupas o Gregorio Berman, por nombrar sólo algunos, conforman un amplio corpus de elaboraciones teóricas sobre las humanidades, que da cuenta de la existencia de un importante debate sobre la cuestión. En lo que sigue atendemos a algunos de los desarrollos que, al versar sobre esta temática, aparecen en los números publicados entre el inicio de la , 1915 y 1918. Nos detenemos, primero y principalmente, en la concepción de la “flosofía” que se esboza allí, para luego analizar las consecuencias que esta definición presenta, tanto en lo que hace a la relación de la filosofía con las otras ciencias y disciplinas desarrolladas en el país, por ese entonces, en el espacio específico de la Universidad de Buenos Aires, como al vínculo que se establece entre la filosofía y la política. El corte cronológico deriva de dos razones, una de índole práctica, que responde a la imposibilidad de abarcar en un artículo de estas características la totalidad de los números, y la otra se desprende de una advertencia de Luis Rossi —que acaso podría discutirse— acerca del giro que daría la hacia 1918, año en que se politizaría de manera manifiesta. A partir, entonces, de ese diagnóstico de Rossi, nos interesa estudiar cómo y porqué concibe de un modo particular la filosofía una publicación de pretendido corte académico que se propone ocupar el centro de la escena universitaria.